martes, 3 de enero de 2012

54

     I remember you de Roxette                             

     —Qué mierda, Maidana; se te cagó la noche…
     Risas.
     —Che, dice Mikaela que ibas bien pero que a lo último la cagaste…
     Risas.
     —¿Por qué te fuiste corriendo? ¿Te agarró cagazo?
     Risas.
     —¡Dale, Maidana, que me estoy meando!
     —¡Yo también! ¡Apurate!
     —¡Y yo me estoy garcando!
     —¡Dejá papel, eh!
     Risas.
     —¡Uh, boludo, apurate que Cabecilla está indispuesta!
     Risas.
     —¿Justo ahora te tuvo que venir? ¡Qué cagada!
     Risas. Golpes a la puerta.
     —¡Abrí, Maidana!
     Golpes a la puerta.
     —¡Abrí!
     —¡Dale, boludo, que está goteando!
     Los gemidos de Maidana.
     —¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Te estás pajeando, hijo de puta?!
     Risas.
     —¡Estás hecho mierda, Maidana!
     Risas. La voz de Tortonese.
     —Te dije que a la sal inglesa no hay con qué darle…
     La voz del Gato.
     —¿La qué?
     —La sal inglesa, boludo… Un laxante. 
     No lo puedo creer…
     La voz de Fernández.
     —¿Le diste un laxante?
     La sonrisa de Tortonese. Ojalá que te mueras… Risas.
     —Nooo… ¡Qué hijo de puta!
     La sonrisa de Mikaela.
     —Con razón se estaba tirando tantos pedos… Ya no me lo bancaba más…
     —¿Y vos lo sabías?
     La sonrisa del Tano.
     —¿Y por qué no nos dijiste?
     —Porque se cagaba la sorpresa…
     Risas. Como Carrie pero con mierda. La voz de Lezcano.
     —Qué zarpados… ¿Y vos no le avisaste, Miguel? Yo pensé que eran amigos ustedes…
     La cara de Lezcano.
     —¡Yo no sabía nada, pendeja pelotuda!
     Lezcano sorprendida. El Turco al lado de Lezcano.
     —Eeeh, tranquiiilo…
     Después me enteré de que era uno de los que sabía.

     Watercolours in the rain de Roxette                     
     The big L de Roxette                                             
     Soul deep de Roxette                                            
     (Do you get) Excited? de Roxette                     

     —Uuh…
     —¿Qué pasa?
     —Boglioli está vomitando…
     —¡¿Otra vez comiste albóndigas, boludo?!
     Risas. La voz de Caferri.
     —¡¿Qué hacen ahí parados?! ¡Llévenlo al baño!
     —Está ocupado…
     —¡Llévenlo afuera, entonces!
     —Vamos, boludo. ¿Podés caminar?
     —Mmh…
     —Ayudame a levantarlo.
     —No me vayas a vomitar, eh…
     La cara de Caferri.
     —¡Qué asco! ¡Mirá cómo me dejaste el piso!
     —¿Me oíste?
     —Mmh…
     —Si te viene, largalo para adelante…
     —¿Quién está en el baño?
     —Maidana.
     —¿Todavía? No me digas que él también está vomitando…
     —Sí, pero por el culo.
     Risas.
     —¿Qué, tiene diarrea?
     —Sí.
     —¿Hace cuánto está ahí adentro?
     —Y… Veinte minutos más o menos.
     Ruidos. La cortina que se cae. Frascos de plástico.
     —¡¿Qué está haciendo?! ¡Maidana! ¡¿Qué pasó?!
     Silencio.
     —Se agarró de la cortina para no irse por el inodoro…
     Risas.
     —¡¿Qué estás haciendo, Maidana?!
     Una voz aguda.
     —Cagando…
     Risas. Vidrio que se rompe.
     —¡La puta que lo parió! ¡Abrí la puerta, Maidana!
     Silencio.
     —¡¿Me escuchaste, Maidana?! ¡Abrí la puerta!
     Silencio.
     —No lo puedo creer: el otro pelotudo me vomita el living y este mogólico me está rompiendo el baño… Todo lo que rompa lo vas a pagar vos, Tortonese.
     —¿Por qué yo?
     —Porque a vos se te ocurrió traerlo.
     La ducha.
     —Ay, Dios… ¿Qué hace ahora? ¿Se va a bañar?
     El ojo de la cerradura.
     —¿Y? ¿Qué ves, Caferri? ¡Contá!
     —No se ve una mierda, ¿no?
     Risas.
     —A mí no me causa gracia, estúpido…
     —Un chascarrillo, boluda…
     —Dale, contá… ¿Qué está haciendo? ¿Se está bañando?
     —¿Le estás viendo el pitulín?
     —No sé qué está haciendo; está agachado.
     —¡No, boluda! ¡Te está garcando el piso!
     —¡En el piso no, Maidana! ¡¿Ves eso que parece un silloncito blanco?! ¡Ahí tenés que hacer!
     Risas.
     —¡Pero no el que tira agüita, eh! ¡El otro!
     Risas.
     —¡Con ese te limpiás la colita cuando terminás!
     —¡Limpiátela bien, eh! ¡Así no tenés olor cuando te la cogés a Mikaela!
     —¿Qué decís, mogólico?
     —Perdón… ¡Cuando le hagás el amor, Maidana!
     Risas.
     —Ahora sí está vomitando…
     Risas.
     —¡Abrís la puerta ahora mismo, Maidana! ¡¿Me escuchás?! ¡Salí de mi baño!
     Más frascos de plástico. Otra vez vidrio.
     —¡Te voy a matar!
     Golpes a la puerta.
     —¡Abrí, pendejo de mierda!
     Risas. Mi voz temblorosa.
     —No va a salir así, Soledad…
     La cara de Caferri.
     —Dejame a mí; yo me hago cargo. Vos decile a los pibes que se alejen y dejame solo.
     Silencio.
     —Bueno. Vayan para allá, che… Déjenlo solo que va a tratar de sacarlo.
     —Uh, esta no me la pierdo…
     —¡Dije que vayan para allá! ¡¿Qué son: sordos o pelotudos?! ¡Esto ya no es gracioso! ¡Son mis cosas las que está rompiendo ese mogólico!
     —Bueeno, no te pongas asíii…
     —Vayan para allá.
     —Tené cuidado, Olarticoncha; que no te salpique…
     Risas que se alejan. La puerta.
     —Cristian…
     El sonido de la ducha.
     —Cristian, soy yo: Miguel…
     El sonido de la ducha. Ganas de llorar.
     —¿Estás bien, Cristian?
     El sonido de la ducha.
     —¿Necesitás que te ayude?
     El sonido de la ducha.
     Un minuto. Dos minutos. Tres minutos. El cerrojo que se corre.
     La puerta que se abre. Olor.
     Mierda de borak.
     La cara de Maidana. Como cuando nos pidió que nos fuéramos de la casa.
     Se hizo a un lado para que pasara y pude ver. Era peor de lo que imaginaba.
     La tapa del inodoro cerrada; la cubierta de felpa manchada con mierda. Un reguero de mierda desde el inodoro hasta la bañera; el agua de la ducha había limpiado una parte. La cortina caída manchada con mierda, frascos caídos manchados con mierda, vidrios por todos lados. El bidet abierto, como si fuera una fuente. En el piso, además de la mierda, vómito. Y en el medio de todo esto, un trapo.
     Antes de que pudiera reaccionar, la puerta se abrió del todo y golpeó contra la pared.
     —¡¿Qué hiciste?! —gritó Caferri.
     Maidana me empujó hacia un costado y salió corriendo.
     —¡¿Por qué no te morís, hija de puta?! —grité, y corrí detrás de Maidana. Caferri me respondió algo que no entendí.
     Me la llevé por delante a Landeira.
     —¡Aia!
     Encima de que la tiré al piso, la puteé. Pobre mina…

2 comentarios:

  1. ¿viste la película "Intimidación"?

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  2. No. Ni sabía de su existencia.
    Acabo de investigar en Google y descubro que es una película argentina sobre el fenómeno del bullying. ¿Es así o me equivoco?

    ¿Vos la viste?
    ¿Te gustó?
    Respondeme por acá o por el e-mail que aparece en la página de mi perfil, como quieras.
    Abrazo y gracias por pasar.

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